Durante mucho tiempo se ha tenido la creencia de que la chía es un estimulante para adelgazar.
¿Y qué es lo que pasa con nuestros pacientes? ¿Realmente es un producto que ayuda a adelgazar a nuestros pacientes?

Como ya sabemos éste procedimiento no está consensuado y por lo tanto no puede ser considerado al 100% para recomendar a nuestros pacientes para conseguir ese efecto.

Se debe tener presente sobre la chía  lo siguiente:

-Logra saciedad por el mucílago que produce y por su lenta digestión y estarás más lleno por más tiempo.

-Provee más energías que cualquier otra semilla por su alto valor nutricional.

-La chía constituye la fuente vegetal con más alta concentración de 62% de Omega 3 y 20% de Omega 6.

Estudios en ratas permitieron demostrar que éstos disminuyen el estrés oxidativo y la inflamación en síndrome metabólico.

-Ayuda a regularizar el tránsito intestinal.

-La chía posee alto porcentaje de macro y micronutrientes con beneficios a la piel.

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Los nutrientes de la chía colaboran en la prevención de imperfecciones, regulación hormonal, producción de colágeno, además de regular procesos de la piel, corrigen la deshidratación y previenen la inflamación, generando una piel más suave, elástica y luminosa con la ventaja de que todos estos beneficios se obtienen de esta semilla que es fácil de conseguir y de bajo costo.

Y después de todo ésto ¿en realidad seguimos creyendo que la chía es para adelgazar? En realidad el mayor aporte de consumir chía es para nuestra piel que es el órgano más grande de nuestro cuerpo.

Fuente: Sánchez C., (2015). Evaluación técnica comercial del aprovechamiento de la semilla de chía (Salvia hispánica) para la elaboración de productos alternos. Ecuador: Universidad de las Américas.

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