¿Alguna vez te encontraste comiendo sin tener hambre real?
¿Abriste la heladera sin saber bien qué buscabas?
¿O te pasó de comer algo y sentir culpa enseguida?
Eso es hambre emocional.¿Qué es el hambre emocional?
Es el deseo de comer que aparece cuando en realidad necesitás otra cosa: calmarte, distraerte, tapar el enojo, llenar un vacío o anestesiar una tristeza.
No nace del cuerpo. Nace del corazón, de la mente, del estrés acumulado.
Y es muy común… pero también muy silencioso.

¿Cómo diferenciarla del hambre física?

Hambre física
-Aparece de a poco
-Se calma con cualquier comida
-El cuerpo lo pide
-Podés parar al sentirte saciada

Hambre emocional
-Aparece de golpe, urgente
-Quiere algo específico (ej: chocolate)
-La cabeza lo exige
-Comes rápido, con culpa o sin control

Preguntas clave para detectarla
Antes de comer, preguntate:
¿Tengo hambre real o necesito algo más?
¿Estoy aburrida, cansada, enojada?
¿Lo que quiero es comida o es contención?

Estas preguntas no son para juzgarte, sino para conocerte. Porque entender tu hambre emocional es el primer paso para salir del ciclo de culpa.
¿Cómo empiezo a regularla?
Registra tus emociones antes de comer.
Podes tener a mano opciones que te den calma, no solo calorías.
Podes usar herramientas de anclaje: respiración, escritura, caminata, auriculoterapia.
Permitite placer sin exceso ni castigo.
Adelgazar también es sanar tu vínculo con la comida
En mi consulta trabajamos juntas para que puedas reconocer tu hambre emocional sin miedo, y tener recursos reales para calmarla sin caer en atracones o culpas.
No se trata de prohibir, se trata de aprender a escucharte y cuidarte.

👉 Si querés empezar este camino con acompañamiento real,
📩 escribime desde acá y te cuento cómo podemos trabajar juntas (presencial u online).